sintiendo en cada poro el terciopelo mustio.
La cara se siente suave al contacto por el aligeramiento de la carga,
ha llegado el fin.
La antigua yo se queda dormida y desnuda entre el telón
moviendo sus ojos al ritmo de tantos recuerdos,
a veces sonríe por un segundo eterno
divertida con lo que fue.
Una nueva persona emerge de ella casi transparente,
llevada por una sensación de satisfacción
ella camina por el escenario, aprendiéndolo,
sintiendo el frío de la madera en sus pies.
Ya inicia el nuevo acto, el definitivo
y la nueva yo ha tomado una decisión
el elenco es menor, pero perfecto,
hay conocimiento y alegría en el guión.
Es la presentación de la obra de mi vida
y tu ya no estarás cuando digan "Acción".
Atenea y Afrodita
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