Ese ser derretido en mí que quiere desesperadamente quedarse
la nada que ya no está, que se ha convertido en sí misma.
Cada parte de mí es otra, en una sucesión de particiones consecutivas
rotando en torno de esa nada deliciosa.
El Camino se ha transformado en trozos de ser
que tratan de hallar sentido a la nada que se desborda,
los moldea y endurece.
¡Pobres, trozos de mí, perseguidos por la nada maravillosa!
El grito en el vacío que no escucha nadie es un llamado de batalla
para una guerra que no acontecerá.
Solo las huellas de la nada acarician mi ser
encontrándose con trozos de lo que será y ya no fue.
Jo
2 comentarios:
El grito en el vacío...
jeje yo tengo una entrada con el mismo título, con modesta pena y mintiendo en la frase anterior, haciéndome el interesante y aceptando que blablabla te la comparto
http://misublimadero.blogspot.com/2011/01/el-ser-y-la-nada.html
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