miércoles, 9 de junio de 2010

Sólo pasaba para dejarte unas palabras


Eres mi amor de dos de la madrugada, en las nubes azules.
Si tuviera tus ojos entre estas nubes tan azules de hoy
llenaría de vida tu sonrisa.

Hoy no soy sino tú,
tú de lejos, de cerca, al rededor.
Sólo tú tienes la llave, abres la puerta,
por fín sólo tú.

Ay... mi cuervo. Mi sombra.
Vuela alto y llévame a tus alas.
No me dejes entre las trenzas de la Luna, como siempre.
Ámame.

Varios príncipes han llegado a mi castillo con espadas de lata,
tu te escabulles en mi ventana sin matar al dragón,
con ganas de tomarme, sin gallardías,
sólo tú, tú siempre dentro de mí.

Y ya no estás dentro de mis zapatos o mi ropa,
tu vida está dentro de mí,
con tus tonterías incluidas,
haciéndome suspirar, demonio imprudente.

Ya él lo sabe... siempre lo supo.
¿Lo sabe tu mitad?
Lo sabrá...
... todos se enteran del encuentro de dos meteoritos.

Estamos en cuenta regresiva, ojos verdes.
Ya serás mío.

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