martes, 2 de agosto de 2011

Aprendiendo a sonreír no es simple

Los servidores de la Luna no saben sonreír,
es un acto tedioso y primitivo,
un placebo mental.
La risa alimenta sus angustias.

La Luna sonríe a escondidas,
desde su balcón agujereado
usando las nubes como cortina,
para que sus servidores no sepan cómo hacerlo.

Cuando la Luna sonríe, la noche se llena de estrellas,
mientras sus servidores van a tientas con sus pieles blanquecinas
haciendo sonetos de amor perdido.

Algunos hemos huido hacia el día lleno de sol,
a pesar de las quemaduras,
para aprender lo que la Luna se reserva,
y hoy te sonrío, Luna llena,
para desafiar tu secreto
e iluminar las angustias de los que aún creen brillar por ti.