miércoles, 14 de diciembre de 2011

No es usted...

Soy yo.

La que no comprende cómo funciona el mundo,
y si está dividido en dos o en cien.
Soy la que se hace preguntas cuando nadie quiere respuestas,
aquella flor que a nadie le importa
y que se pisaría a sí misma... si tan sólo...

No es usted,
porque usted no quiere caminar, ni sentarse,
sólo desea la vida resuelta y la comodidad de una mente vacía.
Tonta de mí, que creí en el cambio y la mejora,
en las gráficas de mil colores.
Pensé que era posible taladrar su cerebro, cuando olvidé mis herramientas.

No es usted el que erró.
Las equivocaciones son intentos con intención de ganar
en una competencia de la que usted no quiere hacer parte.
Humildemente me disculpo, pues he sido yo
quien ha querido elevar su espíritu
sin haberlo encontrado.

No se esconda, no le haré daño,
dejaré la inmensidad del universo escondido en mi falsa modestia,
para que usted esté seguro de que ha quedado intacto,
y que su mediocre existencia es la correcta,
mientras pocos tomamos de la mano a Atenea
para luchar batallas indiferentes,
y alcanzar conocimientos irrelevantes,
construyendo mundos invisibles
a los ojos de entes que, como usted,
no necesitan merecer, sino morir.


Jo - Disappointment

lunes, 14 de noviembre de 2011

Encuesta

Sólo encuentro trozos de tu sombra
eres un reflejo perdido en el polvo de tus certezas,
una máquina de lágrimas olvidada en los despojos del pasado.

Busco cortes de tu sombra entre la luz que me nubla las pestañas
y escucho sonidos que no son tu voz,
ni aromas familiares.

¿Dónde dejaste tu rostro y tus palabras?
Las busco mientras camino tus zapatos negros
pero sólo encuentro un tiquete de salida
de las voces al final del túnel.


Jo

domingo, 2 de octubre de 2011

Por ejemplo, no

Hay muchos rituales sobre la familia que desconozco: extrañar, por ejemplo, conversaciones a gritos que hacen personas que uno considera familiares.

Para poder llegar a ese punto, se hace necesario primero determinar claramente el concepto de familia, que ya de por sí es una caprichosa construcción social, a veces basada en la genética, otras en la filiación. En lo personal, me inclino a pensar que la familia es una construcción que se hace desde el importaculismo existencial o, lo que es lo mismo: familia es quien a mí se me dé la gana.

No comparto decir que son mis familiares aquellos con quienes comparto genes, porque ya lo decían los expertos: todos los humanos compartimos características genéticas similares, ergo, sinceramente tener algunos más cerca que otros no los hace más "familiares". Tampoco apoyo la tesis de que la familia la da el apellido; en ese caso realmente estaría en graves problemas, porque mi primer apellido lo detesto, por decir lo menos, y no me identifico con mi ascendencia, lleno de borrachos, maltratadores y egoistas. No, prefiero no pensar en ello.

La familia, para mí, es una construcción del alma e implica amor casi que incondicional, pero más que eso, implica respeto: si uno respeta y ama a alguien, ese alguien entra directo a lo que yo llamo Familia. Y sí, desde mi importaculismo existencial alguien existe en la familia y luego ya no. Por supuesto que se necesita bastante tanto para entrar, como para salir de esa construcción mental, pero puede suceder tanto para adentro, como para afuera.

Hoy más que nunca me dí cuenta de ello. No es agradable ver el lado oscuro de unas personas con las cuales compartes genes y tener que pensar que son familia, más aún cuando jamás los he admirado o sentido cualquier cosa profunda por ellos. No me importa, no quiero saberlo y prefiero esconderme en mi concepto importaculista y ahorrar energías para las personas para quienes yo soy familia y que son familia para mí. Nadie más, nadie menos.

Mi familia son, básicamente, un reducido grupo de unas 17 o 18 personas. Mi mamá, por supuesto, a quien casi todo le debo (figurada y literalmente) y a quien admiro profundamente; mi papá, que es una persona admirable desde puntos muy inconexos entre sí, pero lo quiero profundamente... tal vez más de lo que me permito admitir; mis hermanos, cercanos y ausentes, en quienes me veo como un espejo para bien y para mal; mi primo y mi sobrina, que han sido en muchos casos un apoyo moral, mi tía Miriancho y mi tío Henry (los únicos que cuentan, en lo que a mí concierne), mi abuela, que tiene sus descaches y me tiene de mal genio, pero que siempre tiene una sonrisa, y tal vez mi prima Zulma, con quien siempre que hablo tengo profundos análisis de la vida desde nuestro común punto negro de inicio. Esos, son con quienes comparto sangre.

La otra familia, la espiritual, es más difusa, pero no por ello menos importante. Se refiere a personas que, en caso de guerra, se podrían considerar compañeros de armas, gente que me acepta con todo lo que traigo, pero no se tragan todas mis barrabasadas (acabo de notar que esa palabra viene de Barrabás). Ahí está mi amore, a quien cada día admiro más, Marisol, a quien jamás había mencionado pero que me ha salvado siempre cuando estoy en la cuerda floja, Alexandra y Champi, que son hermanas más allá de lo poco o mucho que hablemos, Eduardo y Camilo R., que se han convertido en mis pilares al momento de caer en el aburrimiento, la inesperanza o cualquier sentimiento incómodo, y con quienes he podido celebrar hasta la postura de un botón, mis "dizque hijas", Marie y Zayra, que me recuerdan que tengo una responsabilidad con este mundo. Creo que hasta ahí vamos.

Si ud, amigo lector, no aparece en este listado, no se enoje. No quiere decir que ud no sea importante para mí o que no sea mi amigo, es sólo que no hemos hecho méritos los dos para convertirnos en familia... dejemos que pase el agua por el puente y pronto lo seremos, si es de Dios, como dicen las abuelas.

A los que sí aparecen... ya lo sabían, o no?



JO

martes, 2 de agosto de 2011

Aprendiendo a sonreír no es simple

Los servidores de la Luna no saben sonreír,
es un acto tedioso y primitivo,
un placebo mental.
La risa alimenta sus angustias.

La Luna sonríe a escondidas,
desde su balcón agujereado
usando las nubes como cortina,
para que sus servidores no sepan cómo hacerlo.

Cuando la Luna sonríe, la noche se llena de estrellas,
mientras sus servidores van a tientas con sus pieles blanquecinas
haciendo sonetos de amor perdido.

Algunos hemos huido hacia el día lleno de sol,
a pesar de las quemaduras,
para aprender lo que la Luna se reserva,
y hoy te sonrío, Luna llena,
para desafiar tu secreto
e iluminar las angustias de los que aún creen brillar por ti.

domingo, 17 de julio de 2011

Algunas reflexiones sobre la discriminación

Sí, yo discrimino. Y no "lo confieso", porque no me parece un oscuro secreto. Sólo lo comento para que luego de leer estas líneas no se dé la falsa sensación de que yo hablo desde un punto de vista angélico que raya en la perfección. No es así.

Discrimino a los que considero mediocres, en general: música mediocre, libros mediocres, amigos mediocres, profesionales mediocres, amantes mediocres... todo lo que medianamente me huela a falta de esfuerzo injustificado y repetitivo, o de cerebro en cualquier contexto, me desespera. Me molestan los seres humanos que no luchan por su propia perfección... si se esfuerzan y no lo consiguen, ya son dignos de mi respeto.

Sin embargo, a quienes más discrimino es a aquellos que discriminan por ignorancia, lo que hace que su discriminación sea de la más absoluta mediocridad y refleje una oscura envidia hacia aquello que discriminan. Sobre esa discriminación quiero reflexionar un poco.

Me divierten los estereotipos y lo que pueden hacer en el alma humana: pueden generar sentido de pertenencia y familiaridad alrededor del mundo o pueden despertar odios sinsentido y relaciones maliciosas. Siempre me han divertido, porque creo que he roto todos los míos.

Me sorprende que piensen aquellos que discriminan con ignorancia que a los "discriminados" les interesa lo que el discriminador piensa de ellos. A menos de que exista algún tipo de relación de poder, el discriminador lo único que hace es el ridículo; sin embargo, se regodea de su acto discriminante, como si ello le ofreciera un poder absoluto de demolición de la imagen del otro. Refuerzan su visión de sí mismos a través de la ridiculización del otro y así desean ganar aceptación ajena... Me pregunto: ¿ahora quién se ve patético?

Otro fenómeno especialmente interesante es la discriminación por parte de personas que han sido brutalmente discriminadas por otros. Se explica fácilmente a partir de la teoría del reforzamiento del yo mediante el menosprecio del otro, pero me incomoda cuando este tipo de discriminador reconoce en sí mismo las marcas que hace la discriminación por ignorancia, y aún así busca destruir a otro por la invalidación discriminatoria.

Supongo que esta es una muestra más de que los humanos erramos sin pensar mucho, a pesar de regodearnos de nuestra naturaleza de homínidos "pensantes". La discriminación es el acto desesperado más grande que llevan a cabo las personas para buscar "pertenecer" mediante un esquema de "nosotros" y "los otros" llevado a niveles negativos.

A mí este tema me interesa porque acaba con otros, no porque me afecte a mí. Así que, si usted es uno de esos lectores que adora poniendo rótulos despectivos a los demás para reformar su propia estupidez, le pido que reflexione y que se entere de que a personas como yo, que hemos recibido estereotipos desde el nacimiento, lo que usted diga no nos hará sentir menos que usted, sino que nos hablará directamente de sus propias debilidades.


Jo

jueves, 7 de julio de 2011

Las cosas simples que definen el mundo

Un 30 de noviembre de 2001 (año recordado por la caída de las Torres Gemelas y cosas como esa, de suma importancia) dos amigas de 21 años fueron a cine a la película equivocada. Una de ellas pensaba que vería la película de una serie de libros de terror que le gustaba, la otra iba a acompañar a su amiga porque no tenía nada mejor qué hacer.

Al iniciar la película, notaron que entraban en terreno desconocido, pero al salir, no podían hablar de otra cosa. De ahí en adelante, Harry Potter se convirtió en una búsqueda incesante de libros llenos de la fantasía que el día a día de la Universidad les había robado.

Con el tiempo, mi amiga se aburrió de buscar... yo seguí. Casi cada año empezaba nuevamente la búsqueda del siguiente capítulo de la historia, y se me fue haciendo normal pensar en hechizos que habrían sido útiles para resolver mis múltiples torpezas de la vida diaria. Sin embargo, esto había pasado con otros libros y sagas, así que nunca me preparé para que algo tan simple como una historia de niños, cambiara completamente la perspectiva que tengo del mundo y las personas que me rodean.

Han pasado ya 10 años casi desde el día en que fuí a ver a Potter por equivocación y me enfrento al inevitable adiós a una era que marcó todo. Son tantos los recuerdos que me asaltan que he decidido escribirlos, con la esperanza de que pueda retenerlos un poco más y maravillarme de las cosas pequeñas que me han hecho lo que soy ahora... una nerd con dos nombres, un vocabulario alternativo y una túnica en el armario.

Recuerdo por ejemplo, que por Harry aprendí las ventajas de tener papás divorciados, porque pude pedir el libro 3 y el libro 4 en una misma navidad sin que el uno y el otro se enterara que había pedido lo mismo (año 2001)

Recuerdo que para el lanzamiento del quinto libro (2003) obligué a mi primo muggle a hacer fila en una librería en Londres toda una noche y una mañana, rodeado de gente en túnica, para tenerlo antes que nadie.

Recuerdo que en 2006 era novia de un librero y él me llevó a Panamericana a inventar trivias de Harry para los lectores. Allí un par de personas con cara de dementes me dijeron que si quería recibir información de Potter por correo, dije que sí (porque me pareció inofensivo... tonta de mí) y luego de un tiempo me llegó una invitación a una "Ceremonia de Selección", de la cual me reí como una semana.

Sin embargo, un 10 de junio iba por el centro en mi carro acercándome al lugar de esta ceremonia, muerta más de pena que de susto y rogando que nadie conocido me reconociera. Allí llegué y conocí a 2 personas que darían un giro de 180 grados a mi vida. Me dijeron que se llamaban Miyuki y Hikary... no supe más.

Recuerdo que empecé a cambiar mis horarios de fin de semana con el novio a fin de semana con gente en túnica, con sombreros seleccionadores, con revisiones de cuestionarios, y luego con reuniones de casa y así, tras 2 o 3 meses, mi nombre ya no era el mío y andaba en túnica por la calle como si fuera lo más normal del mundo; absolutamente dichosa y orgullosa de los miembros de mi Casa... sí, porque mi casa ya no eran 4 paredes, era un grupo y unos colores y un tejón.

Recuerdo en especial un 10 de septiembre de 2006, y que en la reunión de casa aparecieron 2 grandes personas que han hecho de mi mundo un mundo feliz. El primero, un flaco larguirucho que tiene la espantosa capacidad de comerse 2 tamales de un golpe y decía ser cuentero; el segundo, el ser con el humor más fino que he conocido en mi vida. Realmente no hizo falta mucho para convertirnos en amigos... tal vez unos 10 minutos.

Recuerdo salir de reuniones de Wizengamot y quedarme horas en mi carro hablando con Hikary, recuerdo escapadas con el Sumo Inquisidor y peleas con todos y cada uno de los jefes que ha tenido Ravenclaw, recuerdo el grado de Hik, las conversaciones inteligentes de Chrono, el exnovio espantoso de Marie, el paseo tibio a Villeta, ver crecer hasta el infinito a Fenrir y a Felipe, el juego Hufflepuff-Gryffindor que parecía de rugby extremo, recuerdo haber ganado la Copa de las Casas, la sonrisa de mis tejones, el convertirme en madre sin quererlo, pero disfrutándolo; las comilonas inmensas, los planes que salían de la nada, las múltiples excusas para vernos todos los días, la larga conversación en mi carro con Remus que lo llevó a ser el estudiante que es hoy.

Lo feo ya no quiero recordarlo. Eso no vale. Siempre se queda lo lindo.

Sin embargo, uno de los recuerdos más lindos que tengo sucedió en 2007, a pocos días de la entrega del último libro. El día que ví a un hombre altísimo con una cámara y que con el tiempo llamaría mi Amore.

Todo esto en 1 año... y han pasado 4 más. Ahora puedo verlos crecer a todos y convertirse en profesionales, ciudadanos del mundo, esposos, soñadores, amigos y hermanos... me siento orgullosa de cada uno de sus logros sin ser míos y me importan más a veces que mi propia familia. Porque equivocarme de película y dar mi correo han sido las dos decisiones más simples que han tenido el impacto más inmenso para mí.

Hoy empieza el final de la saga en las películas (otra cosa simple y cotidiana) y me sorprendí a mí misma llorando desconsolada por la era que se va... porque esa excusa que nos unía ya no va a existir más, con esa vehemencia y pasión de otros años. Sin embargo, entre lágrimas pienso que desde hace años no hemos necesitado esa excusa y ya somos un ser viviente independiente...

Así que brindo por las cosas simples que cambian el mundo... por ustedes, mis amigos, mis hermanos. Porque no habrá cerveza de mantequilla suficiente para brindar por haberlos conocido



Jo Granger

miércoles, 22 de junio de 2011

Pity

Mi única responsabilidad en sus brazos fue los apodos.
Cuando ni siquiera sabía caminar, la apodé Miriancho y así se quedó.
Luego le puse Pity.
Ella era la mamá suave que nunca he tenido. A la fuerte la veo desmoronarse ahora.

En sus brazos nunca hubo responsabilidades,
porque siempre guardó un pedacito de la infancia de todos:
Las rabietas de mi mamá,
Las pilatunas de mi primo,
Los aprendizajes de todos,
Mi ternura ya tan embolatada.
Cuando me abrazaba volvía a ser niña.

Tuvo un corazón tan grande que al final le estalló,
dejándonos con sus manos frías y la mirada perdida,
dejándome perder una partida con una máquina llena de signos vitales.

Adios, infancia perdida. Adios corazón enorme.
Contigo se cumple aquello de que los mejores son los primeros en irse.
Yo me quedaré muchos años contando tus historias,
con los ojos llenos de recordatorios de dolor,
con el alma dando tumbos, pues se ha muerto su inocencia.

Ojalá, cuando me canse de este mundo, podamos volvernos a ver para que juegues con mi cabello y me cuentes historias hasta dormirme.


JO


domingo, 12 de junio de 2011

El ser y la nada

Sí, me lo he robado de otro.

Ese ser derretido en mí que quiere desesperadamente quedarse
la nada que ya no está, que se ha convertido en sí misma.
Cada parte de mí es otra, en una sucesión de particiones consecutivas
rotando en torno de esa nada deliciosa.

El Camino se ha transformado en trozos de ser
que tratan de hallar sentido a la nada que se desborda,
los moldea y endurece.
¡Pobres, trozos de mí, perseguidos por la nada maravillosa!

El grito en el vacío que no escucha nadie es un llamado de batalla
para una guerra que no acontecerá.
Solo las huellas de la nada acarician mi ser
encontrándose con trozos de lo que será y ya no fue.



Jo

viernes, 3 de junio de 2011

Cosas que no entiendo

1. No entiendo sociedades para las que las siguientes cosas están bien:
a. Matarse de hambre
b. Hacer que niñas pequeñas se pongan dientes postizos (entre otros postizos) para concursar por tiaras y dinero
c. Ser corrupto y declararse inocente teniendo todas las pruebas en contra
d. Jugar con el dinero de la salud de otros
e. Decir que uno es ignorante porque "le da pereza" y reír al respecto como si fuera normal
f. Segregar a otros por ser diferentes sin darles la opción de ser escuchados.
2. cómo alguien puede decir que ama a una persona haciéndole daño
3. por qué los que están más cerca son los que menos se alegran de los triunfos de sus "seres queridos"
4. por qué la gente ama tanto los juegos en los que dañar a otros da puntos
5. por qué hay personas que reafirman su ego maltratando a otros.
6. por qué hay personas que acaban hasta su autoestima sólo por estar con otra persona
7. por qué a la gente le encanta meterse en asuntos ajenos y no son capaces de dedicarse a los propios.
8. por qué ahora la tendencia es mostrar todo lo que hacemos, como buscando una celebridad que no hemos ganado.

No sé, quería quejarme


JO

lunes, 11 de abril de 2011

El telón

Me envuelvo en el telón del final de la obra,
sintiendo en cada poro el terciopelo mustio.
La cara se siente suave al contacto por el aligeramiento de la carga,
ha llegado el fin.

La antigua yo se queda dormida y desnuda entre el telón
moviendo sus ojos al ritmo de tantos recuerdos,
a veces sonríe por un segundo eterno
divertida con lo que fue.

Una nueva persona emerge de ella casi transparente,
llevada por una sensación de satisfacción
ella camina por el escenario, aprendiéndolo,
sintiendo el frío de la madera en sus pies.

Ya inicia el nuevo acto, el definitivo
y la nueva yo ha tomado una decisión
el elenco es menor, pero perfecto,
hay conocimiento y alegría en el guión.
Es la presentación de la obra de mi vida
y tu ya no estarás cuando digan "Acción".



Atenea y Afrodita

jueves, 10 de marzo de 2011

Tejiendo sin rueca

Cuando pequeña siempre jugaba a lo mismo: iba en una máquina del tiempo y caía sin querer en una época específica; a veces, era una gran dama medieval (viuda, claro, para que pudiera hacer algo) y hacía una fiesta de máscaras; en otras ocasiones era una aldeana de la época de la ilustración que tenía acceso a una gran biblioteca. Cuando tenía vestidos suficientes, invitaba amigas a jugar, pero en su mayoría (y como buena hija única) jugaba con seres sacados de mi imaginación. Sacaba el candelabro, le ponía velas y PUM, había aterrizado en un nuevo lugar.

Sin embargo, con el tiempo jugar a los viajes en el tiempo fue pasando a un segundo plano y mi máquina del tiempo se quedó en la casa donde mis papás se divorciaron, llena de polvo. Sólo quedaron algunos de mis amigos imaginarios en mi cabeza, llamándome para jugar, mientras yo los esquivaba con una montaña de trabajos de universidad urgentes, llamadas de amigos y miles de sueños de "niña grande" que solemos llamar Proyectos.

Un buen día, más o menos cuando cumplí 20 años, recordé que me gustaba viajar por el tiempo y me dí cuenta que tal vez no necesitaba mi máquina para hacerlo. Resulta que en mis viajes de pequeña aprendí a bordar, porque una anciana sabia (tal vez mi profesora de manualidades del colegio) me había enseñado. Tomaba el tambor y tensaba la tela, me ponía solita en posición de señorita bien educada y bordaba por horas, muy mal por cierto. Así que cuando pude me compré nuevamente tambores, hilo, tela y aguja y empecé a pintar un paisaje con hilos... primero el verde, luego el rojo, después el púrpura y así, siguiendo los puntos de referencia del modelo. Así comenzaron mis pequeños nuevos viajes en el tiempo a partir del bordado.

Alguna vez aterricé en un monasterio de la Edad Media y usé una rueca, seguramente se quedó dentro de la máquina del tiempo en la que pasé momentos muy felices de mi infancia. Ahora al menos unas horas a la semana me pongo mi tambor en las manos, tenso la tela y vuelvo a empezar un nuevo viaje, a ver si tal vez me encuentro la rueca en uno de ellos.




Afrodita
(Por sugerencia y porque quiero que mi buen amigo Altais escuche de primera mano cómo sucedió)





lunes, 7 de marzo de 2011

Reflexiones sobre los sueños ajenos

He notado algunos cambios en las actitudes de mis amigos. Algunos tienen cambios radicales en sus sueños, los posponen o eliminan, otros simplemente se convirtieron en otras personas. Hace parte de crecer, dicen. Les creo.

Sin embargo, algunos de sus sueños o de sus realidades las quieren convertir en leyes inequívocas de crecer y en símbolos indiscutibles de felicidad. Ahí es cuando difiero. No tengo nada en contra de que la gente cambie de parecer o de que tenga metas y sueños, pero no es necesario imponerlos a otros como una obligatoriedad sólo porque ellos lo sueñan o lo consiguen. Algunos ejemplos son los siguientes:


"Uno debe enamorarse": sí, enamorarse es delicioso, pero no, no es obligatorio. Conozco muchas personas (entre las que me cuento) que cuando no estuvieron enamoradas estaban felices. Enamorarse no es señal inequívoca de felicidad y lo justifico con muchos ejemplos de personas que sufren cada momento de estar enamorado y pierden mucho más de lo que ganan.

"Uno debe viajar": Cada destino es distinto. Yo siempre he pensado que viajar es símbolo de aprendizaje, de enfrentarse con uno mismo y salir de la zona de confort, pero eso no indica necesariamente ser feliz. Tan es del conocimiento común que viajar puede (repito: puede) ser una buena idea, como que cada vez que uno viaja llega más cansado, si es que llega.

"Uno debe casarse": Ay Dios, con esta es con la que más he tenido que lidiar. Amigos que están desesperados por casarse con lo primero que pase, o aquellos que ya están casados y viven en la búsqueda de nuevas víctimas solteras que sucumban a este cliché. Quiero que quede esto muy claro y lo digo de corazón: SI UNO SE CASA PORQUE TOCA, SE DIVORCIA AL AÑO. Casarse porque "toca poner la foto en Facebook" mostrando una sonrisota y con cero idea de porqué se casa es el mayor error que puede hacerse. Es un sueño transformado inmediatamente en pesadilla. Sr. Lector: si usted es de los que dice que su sueño es casarse, le pido que lo revalúe, porque el sueño no debería ser casarse, sino casarse con alguien en específico.

"Uno debe hacer mucho dinero": esta es la mayor espada de Damócles. Todos queremos dinero, pero acabar con la salud propia, con sus relaciones y con todos los demás aspectos de su vida por el sueño de tenerlo puede ser el comienzo de un triste fin o de muuuuchas disculpas a muchas personas. Conozco a un hombre, un hombre muy inteligente, que ha perdido a su familia, su dicha, su sonrisa y hasta su ética por el dinero; lo triste es que cuando uno pregunta para qué quiere dinero, su respuesta es que la quiere "para que él y su familia sean felices". Deja mucho qué pensar.

"Uno debe tener hijos": ¿Han visto a estos papás que le dicen a los solteros "debería animarse" o "no hay felicidad más grande que tener un hijo"? Esos mismos que ponen fotos divinas de sus angelitos en todas las redes sociales, portarretratos y salva pantallas posibles, son los que no han dormido una noche tranquilos desde que su angelito nació por los gritos, enfermedades o gastos que acarrea este riesgoso sueño. Atención: no he dicho que tener hijos sea malo, pero, por favor, no vendan la idea de que es lo mejor del mundo, porque así no hayamos tenido hijos jamás, los solteros sabemos que eso no es ni fácil, ni alegre todo el tiempo. Guárdense sus delirios de felicidad para el terapeuta, que la verdad es que tener hijos es más un reto que un sueño.

"Uno debe adelgazar": en este hemos caído todos, yo principalmente. Se dice en todos los círculos que ser gordito le quita a uno empleos, oportunidades, novios, novias, salud y tiempo. Ahora, la verdad ya no me importa que me vean flaca o gorda, me importa sentirme bien. ¿Por qué? Porque las flacas no consiguen mejores empleos, ni novios, ni oportunidades porque son flacas, sino porque se sienten bien consigo mismas. Somos muchas las gorditas bien amadas y con muchas oportunidades, no porque la gente nos vea flacas por alguna brujería, sino porque el tema no es ese. Hay flacas solas y desempleadas también. Es una cuestión de actitud. Para lo único que es bueno adelgazar es para la salud, y sí, eso sí es una meta, pero no debe ser un sueño. Dejen de insistir con eso.


Bueno, eso es todo por el momento en el mundo de los desahogos. Espero que los que lean lo piensen mejor antes de adherirse a los sueños de los demás. Usemos nuestras fortalezas para encontrar nuestros sueños y les deseo desde ya que, si son sus sueños originales (con Copyright) los cumplan y sean felices.


Atenea
Making Dreams Come True

viernes, 25 de febrero de 2011

Volver...

¿Por qué volví?

Para mí eso no aplica como pregunta... la respuesta más bien es "Porque volví". Juré no hacerlo, pero parece que mi corazón nunca notó tal juramento. A veces sólo hay que dejarse llevar por los acontecimientos, por la lógica y por el instinto; eso sucedió.

Ocurrió un día como cualquier otro, pero con un factor altamente diferenciador: me estaba muriendo. No quiero sonar dramática, pero simplemente creo que así se siente: jadeaba de dolor, no sentía los miembros, rogaba a la muerte o a lo que fuera que me llevara. Y no, no era un delirio romántico, era una gastritis viral infame.

Yo siempre le he dado vueltas al tema de "la pareja perfecta": me ha intrigado que las personas lo vuelvan algo tan condicionado, tan denso. Si me hubieran preguntado hace 1 año qué hacía que una pareja fuera perfecta, habría dicho "confianza, inteligencia, que sea tierno y que me haga reír"... eso era hace un año.

Aquel día de mi prematura muerte, no era una persona que buscara o pensara en la posibilidad de una pareja perfecta. Estaba sucia y maloliente, enterrada en mis cobijas, el mundo me daba vueltas y el corazón estaba de vacaciones por falta de incentivos para quedarse. En ese momento no contaban mis amigos de parranda, ni mis personas-juguetes temporales para sacarme el dolor; sólo estábamos el dolor de entrañas y yo, en una batalla épica por mi pobre cuerpo.

No se me ocurrió llamar a nadie, estaba TAN molesta e incómoda, que nadie podría verme así sin pensar como mínimo en mi mala facha, pasando por mi irasibilidad justificada pero punzante. Sin embargo, Paul llamó.

Llamó por culpa de un mal sueño que había tenido conmigo, llamó luego de meses sin llamar, con un motivo más metafísico que casual. Yo no había dicho nada de que me moría, porque no tenía fuerzas para llamar a nadie. Él simplemente apareció.

Y luego le dije lo mal que estaba y pedí su ayuda, porque si bien mucha de la confianza sobre otras personas se había ido, había una confianza que vivía y vive conmigo siempre: nadie como él me acepta como vengo: con dolores y malos olores... Un rato más tarde, Paul volvió a la casa a la que supongo que juró nunca más volver, para hacerme reír y contarme historias inteligentes, mientras me ponía mis peluches para dormir; un momento: ¿no les suena familiar?

Yo siempre le he dí vueltas al tema de "la pareja perfecta", hasta que el estómago me dio vueltas y me dí cuenta que hace tiempo la había conseguido. Porque a pesar de todo lo vivido, eres tú el hombre al que le tengo la mayor confianza, el más tierno e inteligente y el que me hace reir cuando sólo quiero morirme.


Tiamop


Afrodita

sábado, 19 de febrero de 2011

Adiós

Siempre ha sido sencillo despedirse. Doloroso, pero sencillo. Hay despedidas que me llenan de gozo y envidia porque la persona se va a algo mejor, otras que me dejan vacíos por palabras no dichas, otras que parecen un "Hasta Luego", pero hay unas que simplemente me llenan de ira. En los últimos días tuve 2 de esos.

Tengo ira porque fue una estupidez decir "hola" y no lo supe. Tengo sensación de decepción y un olor a tiempo perdido y podrido tremendo. A veces las opciones eran tantas, que nunca entendí que el adiós fuera evidente. Siento que algo importante no lo era y simplemente voló sin permiso porque no lo necesitaba, porque nunca estuvo.

Lástima perder horas de conversaciones y haber usado la palabra "amigo" tan a la ligera. Le debo una disculpa a este sujeto, porque le hice favores incontables pensando que no esperaba nada, para notar que esperaba al menos agradecimiento. Qué expectativas tan bajas tengo de usted. Qué poco queda del respeto y admiración que tenía a sus pocas pero significativas cualidades. Ahora veo sólo su absoluta inmadurez y las cicatrices de sus múltiples traumas.

Espero que jamás lea esto para que nunca sepa la ira que ha generado en mí, pero debo dejarla salir, para que, como usted, jamás vuelva. Porque no importa cuántas mentiras diga, nunca más quiero saber de su existencia.


Pallas Atenea

jueves, 20 de enero de 2011

Confesiones insomnes:

1. Ahora noto con desenfado que cada vez que debo hacer algo urgente me corroe la pereza.

2. Qué fácil se borran las imágenes que antes daban felicidad. ¿Así sucederá cuando todo termine?

3. Hoy descubrí que la cantidad de títulos no hace que seas necesariamente más claro en tu proceso de pensamiento. Qué pesar.

4. Nuevamente siento el miedo avasallador que ocurre cuando todo sale sospechosamente bien.

5. Debo aprender a decir adiós apropiadamente y a tiempo, sin culpas. ¿Por qué siempre que mis instintos dicen "adiós", mis brazos dicen "hola"?

6. He compilado un sinnúmero de buenas intenciones. Las guardaré para cuando pueda usarlas, o cuando desaparezcan en un gran incendio... ya ha ocurrido.

7. Todos (y me incluyo) criticamos más duro a quien más se nos parece. Siento que eso me hace un ser humano poco sincero.

8. De todos las bondades del ser humano, la humildad es la que más se me dificulta alcanzar. Tal vez no estoy destinada a obtenerla.

9. Es altamente probable que todas las preguntas que pasen por mi cabeza hayan sido ya formuladas. La lengua castellana es muy limitada para ampliar el universo de mis preguntas.

10. Sólo en el sopor del insomnio mi cerebro actúa en plena lucidez. Si pudiera inducir este estado de pensamiento todo el día, mis logros ya habrían superado mis más altos anhelos académicos.

11. Siento que muchas personas que conozco simplemente son incapaces de la abstracción conciente; en ocasiones me divierte, en otras me desespera. La resignación es otra de esas bondades del ser humano que se me escapa.

12. ¿En alguno de los innumerables universos paralelos habrá alguno en donde no tenga que preocuparme por fotos que ví o cosas que no aparecen donde deberían? Debo preguntarle a algún físico competente



Jo

miércoles, 19 de enero de 2011

Una Revolución en mi cabeza

La otra del espejo se ha ido y me ha dejado una pista.
Me siento llena del vacío que ha dejado, de las posibilidades.
Esta larga conversación de monólogos ha llegado a su fin
y me ha entregado la llave en un sobre matemático.

Cada capítulo de la otra fue escrito sobre mi piel,
las laceraciones y las caricias, las lágrimas y las horas,
todas plasmadas, recortadas, recordadas,
ahora son polvo, como parte de la promesa de la Muerte.

He tenido una revelación, ahora que veo el espejo vacío:
el hondo infinito que somos puede ser destruido y recompuesto,
la otra me ha pedido que la persiga y me ha dejado sus pasos
allá, en el espejo, donde puedo verlos y no seguirlos,
tonta de mí, sí, de la otra, no recuerda que sólo es reflejo.

Vete, otra de mí, a caminar por ese mundo quimérico,
ya he hecho mis paces con esta que soy ahora.
Mis ojos ven lo mismo, pero observan diferente,
todas las opciones me acompañan y florecen,
tú quédate con eso hermoso que fue y ya no es.

El futuro es demasiado grande en las manos de la realidad,
como para echarlo a perder con los reflejos del pasado.


Jo - Afrodita y Atenea