jueves, 24 de enero de 2013

Mi última cruzada

Estoy simplemente cansada del rencor y de pensar tanto en cosas y personas que hace mucho se fueron o los fui.

Se me ha convertido en una adicción maligna: pensar en los muchos modos en que eventualmente demostraré mi desprecio por aquellos que me hicieron mal, sentir dolor cuando sé algo de esas personas o cuando no quiero saber algo de ellas y ellos. No más. Estoy cansada.

He iniciado una cruzada, mi cruzada final contra el rencor. Deseo con todo mi corazón que a todos les vaya bien y no tener que pensar nunca más en ellos. Sí, no soy perfecta y no iré a abrazarlos o a decirles mil cosas como si fuera alcohólico en época de redención. Sólo no quiero pensar más en el tema, así que tomo mi caverna como cubo de basura para escribir estas últimas líneas y dejarlo ir todo.

Lo que fue, fue. Ahora no tengo suficiente tiempo como para seguir dándole vuelta a este asunto.

Adios, rencor. Compañero de batalla. Te dejo mis armas. Haz lo que quieras con ellas, porque ya no las necesito.


Jo