jueves, 20 de enero de 2011

Confesiones insomnes:

1. Ahora noto con desenfado que cada vez que debo hacer algo urgente me corroe la pereza.

2. Qué fácil se borran las imágenes que antes daban felicidad. ¿Así sucederá cuando todo termine?

3. Hoy descubrí que la cantidad de títulos no hace que seas necesariamente más claro en tu proceso de pensamiento. Qué pesar.

4. Nuevamente siento el miedo avasallador que ocurre cuando todo sale sospechosamente bien.

5. Debo aprender a decir adiós apropiadamente y a tiempo, sin culpas. ¿Por qué siempre que mis instintos dicen "adiós", mis brazos dicen "hola"?

6. He compilado un sinnúmero de buenas intenciones. Las guardaré para cuando pueda usarlas, o cuando desaparezcan en un gran incendio... ya ha ocurrido.

7. Todos (y me incluyo) criticamos más duro a quien más se nos parece. Siento que eso me hace un ser humano poco sincero.

8. De todos las bondades del ser humano, la humildad es la que más se me dificulta alcanzar. Tal vez no estoy destinada a obtenerla.

9. Es altamente probable que todas las preguntas que pasen por mi cabeza hayan sido ya formuladas. La lengua castellana es muy limitada para ampliar el universo de mis preguntas.

10. Sólo en el sopor del insomnio mi cerebro actúa en plena lucidez. Si pudiera inducir este estado de pensamiento todo el día, mis logros ya habrían superado mis más altos anhelos académicos.

11. Siento que muchas personas que conozco simplemente son incapaces de la abstracción conciente; en ocasiones me divierte, en otras me desespera. La resignación es otra de esas bondades del ser humano que se me escapa.

12. ¿En alguno de los innumerables universos paralelos habrá alguno en donde no tenga que preocuparme por fotos que ví o cosas que no aparecen donde deberían? Debo preguntarle a algún físico competente



Jo

miércoles, 19 de enero de 2011

Una Revolución en mi cabeza

La otra del espejo se ha ido y me ha dejado una pista.
Me siento llena del vacío que ha dejado, de las posibilidades.
Esta larga conversación de monólogos ha llegado a su fin
y me ha entregado la llave en un sobre matemático.

Cada capítulo de la otra fue escrito sobre mi piel,
las laceraciones y las caricias, las lágrimas y las horas,
todas plasmadas, recortadas, recordadas,
ahora son polvo, como parte de la promesa de la Muerte.

He tenido una revelación, ahora que veo el espejo vacío:
el hondo infinito que somos puede ser destruido y recompuesto,
la otra me ha pedido que la persiga y me ha dejado sus pasos
allá, en el espejo, donde puedo verlos y no seguirlos,
tonta de mí, sí, de la otra, no recuerda que sólo es reflejo.

Vete, otra de mí, a caminar por ese mundo quimérico,
ya he hecho mis paces con esta que soy ahora.
Mis ojos ven lo mismo, pero observan diferente,
todas las opciones me acompañan y florecen,
tú quédate con eso hermoso que fue y ya no es.

El futuro es demasiado grande en las manos de la realidad,
como para echarlo a perder con los reflejos del pasado.


Jo - Afrodita y Atenea