miércoles, 27 de septiembre de 2006

LAS COSAS QUE GENERA LA TRANQUILIDAD

Sí, sí, si, los dioses han sido benevolentes con esta pobre mortal, finalmente.

Eventos en todas gavetas de mi vida han hecho que finalmente me guste esto de la caída libre, así que me he dedicado durante la pasada y esta semana a reir, estar muy tranquila, organizar asuntos, pagar deudas, darme gusticos, no dormir mucho, ni comer mucho tampoco y saludar a los fantasmas del pasado burlándome de ellos, como era costumbre en mí hace años, cuando me sentía de buenas.

No digo que Murphy no se haya tratado de desquitar.. no, para nada. Primero fue un pequeño accidente con mi celular, que también se fue en caída libre hasta que apareció un letrero en la pantalla (sí, la pantalla aún servía) diciendo: "insertar tarjeta SIM". Cuál no me ví yo para acordarme de años de adiestramiento con repeticiónes de MacGyver (no sé si lo escribí bien, pero le dicen Maguiber), y no terminar de dañar a mi cascarita a punta de hacer palanca para sacarle la pila, luego que rescatar la tarjeta SIM, luego tratando de meterla sin dañarla y, por último, organizar los pedazos de la pila hasta que generaran energía suficiente para que el tiesto prendiera.

Gracias a Dios, y a la diosa Fortuna que le metió un empellón a Murphy por primera vez, el aparatico encendió y pude llamar, con tan mala fortuna que hasta hoy me enteré que ese día recibí (o podría haber recibido -del verbo podrir, como dice Aleja-) una llamada internacional de un gran amigo.

Igual, nada, sigo sonriendo, mi celu medio funciona, no me ha salido agua fría al bañarme en toda la semana (lo que es un logro, créanme), mis jefes se han entretenido dándome trabajos interesantes estos días, bailamos Ace of Base con Fimbrethil y recordamos nuestros años mozos jajaja, fui a ver a mi Hyro en teatro y pude reirme como enana, salí con unos costeños que nos enseñaron a Jimenez y a mí la diferencia entre traga, enamoramiento y encoñe con todas sus posibles combinaciones, supe que la Hamburguesa Bárbara del Mesón Medieval lleva salchicha americana, recibí todos los días regalos deliciosos de mi amigo secreto (que sabré quién es el día de mañana), salí con mi madrina y planeamos paseo a Villao, comí suhi delicioso en Teriyaki con Camilo y me explicaron con lujo de detalles lo bien que la podría pasar si viviera sola.... mmm, hasta de pronto consigo apartamento.

Así que si usted, amigo, amiga, dama, caballero o niño, desea llenarse de buena energía, este es el momento propicio para llamarme. Hay demasiadas razones para abrir los ojos cada mañana.


JO

PD: aclaro que esta etapa de euforia puede pasar, así que no me recriminen estas letras cuando eso suceda. Mil gracias

martes, 12 de septiembre de 2006

CUANDO MURPHY LO QUIERE....

Algún amigo muy sabio siempre me dice que si llamo a la mala suerte, es muy probable que conteste. Por eso me sorprendió tanto su visita porque naaadie la llamó!!

Igual apareció vestida de amarillo.

El sábado pasado me levanté muy temprano, a pesar de haberme ido con unos amigos para El Ovejo la noche anterior, porque tenía entrenamiento de quidditch con mis Huffs a las 10am. Era tanta mi angustia de pensar que no me levantaría, que Morfeo me dejó como a las 7am. Como yo me demoro más bien poco arreglándome, decidí someterme a una de las tantas tonterías a las que la sociedad invita a las mujeres a someterse: la cera-miel.

Primero, mi autosuficiencia me pudo y puse a calentar la bendita ollita aquella con el panal dorado pegado afuera. Me puse a conversar con mi mamá, hasta que de la nada salió la secretaria de mi mamá (que es santandereana y, por supuesto, bravísima) hecha una furia, con cara de loca y saliéndole humo por el pelo preguntándo: "quién fue la bestia que quemó una olla en la cocina?" y pues claro, Jo se pone roja y se mete como todo valiente bombero a ver su creación... la olla esa llena de humo, la cera regada por todas partes y un olor seco a parafina que se te mete por la nariz y te depila hasta la conciencia.

Nada, a lo hecho, pecho... o pierna, más bien. esperé a poder respirar un poco (un pañuelo húmedo es bueno para estos casos, me enseñaron los scouts), vertí lo que quedaba en la otra ollita con cable para que no se enfríe y listo, a autoflagelarse en nombre de la belleza jajaja.

Lista estaba cuando se me enredó el cochino cable en mi pierna y, por evitar mayores tragedias, puse la mano para que recibiera el hirviente contenido de la olla.... cera líquida....

-Mierdaaaaaaa!!

grité, tal vez porque hubiera preferido a tener desechos coprológicos en mi mano que semejante líquido del infierno. De una: mano al agua, agua bien fría y CLICK .... la cera se había endurecido, creando una capa como de un centímetro de grueso al rededor de mis pobres deditos (que de por sí ya son bieeen pequeños y maltratados). Ahí apareció mi mamá proponiendo todos los remedios posibles, sin mucho éxito.... yo confié en mi instinto y con una daga y muuucho papel celofán resolví el problema.

Bueno, ni tanto...

Uno de los efectos perversos de esta práctica sadomazoquista es sentirte como un imán humano por un buen rato... se me pegaba la ropa, la comida y por último, el volante de mi carro. Yo mientras rogaba para que no se me quedara también pegada la quaffle (los de PLUMA entenderán y los demás, pregunten) porque ahí sí que me mataban los de mi equipo, sobre todo Miyuki, la capitana del equipo, que no me creyó lo de la parafina sino hasta que vio las pruebas en mi pobre mano.

No contento con esto, mi amigo Murphy decidió irse en mi contra todo el día: me quedé sin gasolina, me levanté un tipo muy tropical en un bar de rock, funk y electrónica (no entiendo qué hacía semejante personaje ahí, lo juro), buscamos con Miyu un marcador por todo Andino para escribir mensajes en un cubo que fue pintado de blanco el día siguiente, se me rompió la cartera, me acabé todos mis minutos cancelando y reconfirmando una reunión el domingo, y eso que no sabía lo que me esperaba el lúnes.

Primero, salí en mi Nimbus verde para llegar a una reunión superurgente y casi me atrapa la policía de tránsito por el Pico y Placa, así que me tocó meter en un roto mi pobre carrito. Ya había caminado algunas cuadras y me dí cuenta que había dejado mi portafolio con unos cuantos oficios importantes en él, así que me devolví. Luego me fui hacia la carrera 13 y noté que no tenía dinero suficiente para un bus decente, así que fui al cajero a sacar... pero nada, había dejado mi tarjeta entre mi abrigo del día anterior, junto con mi cédula y Jo se va en cebollero a la oficina. Ya en el bus, y como iba 20 mins tarde para la reunión, decidí llamar a mi jefecito para justificar mi tardanza, pero... a ver.... mmmm, CARAAAAAJOOOOO el celular en mi carro y yo incomunicada.

Llegué con toda la verguenza del mundo, traté de explicarme, pero igual nadie me creyó, terminamos la reunión (menos mal salió bien la bendita) pero Murphy me esperaba en la puerta de esa salita de juntas. Archivos que no abren, conversaciones que no querías tener, chismes que no querías saber y, finalmente, llego a mi carro, muy a las 7pm y encuentro en mi celular 4 llamadas perdidas de Fimb y Rowan... pensé que me habían cancelado la reunión de directiva, por la cual corrí como condenada para poder recoger mi carro e ir... no... no fue así.... Murphy se había hartado de hacerme la vida de cuadritos, o al menos eso creí hasta que llegué a mi casa, y una montaña de estornudos y tos me esperaba hasta el amanecer. Ooootra vez Gripa... sí, Fabian, la gripa es mi fantasma en Bogotá.

Hoy, para exorcisar este demonio que me persigue, decidí no decidir mucho, no arriesgar mucho, hacer cosas que no requierieran parafina, tomar muucho té y conocer las bondades del oxígeno tranquilizante que venden en el Bar de Oxígeno que Mari y Andrés me presentaron.

Dios salve a los martes 12 de septiembre, porque no son como los sábados 9 , domingos 10 y lunes 11 de septiembre.

Y si se me atraviesa un gato negro mañana 13, se los notificaré.


JO

martes, 5 de septiembre de 2006

Finalmente creo que he salido del túnel en el que me metí hace cuatro meses. Ya no siento ese peso tan grande en mi cabeza por tratar de componer algo que ya no tenía remedio. Mis pies están ligeros, y mis manos libres para acariciar mi vida solita, sin ataduras ni historias romanticonas que son propias de los mejicanos, y no de esta pobre colombianita.

Los estragos causados por semejante decisión están amainando y me siento mucho más segura de lo que quiero en la vida. Lamentablemente, para conseguir este estado he tenido que maltratar a muchos y utilizar a otros tantos, pero creo que en este caso Maquiavelo tiene razón y el fin justificó cada decisión tomada. Hoy soy un poco más egoísta, pero por ende menos apasionada y posesiva con lo que deseo. Como dice una de mis canciones insignia “Whatever tomorrow brings I’ll be there, with open arms and open eyes”.

Hoy quiero finalmente dejar ir todo lo que no me sirve, y si para ello tengo que dejar aún a más personas y aún más cosas, lo haré sin remordimiento. Ya la culpa no es mi excusa… de eso me di cuenta anoche, cuando tomé la última de estas densas decisiones. Ahora, a tomar las riendas de este capítulo que se me ha puesto enfrente y a divertirme con mis fechorías, a perseguir lo que quiero sin reservas y a buscar una a una todas las piezas del rompecabezas que serán las múltiples empresas que tengo en mi cabeza.

Que comience la función!!

lunes, 4 de septiembre de 2006

Y bueno, cómo se comienza un blog personal? Básicamente explicando el porqué de la decisión de armar uno. La idea surgió en una conversación en la que le comenté a algunos compañeros de camino mis desventuras; ellos, que son expertos en blogs y desventuras, me instaron a crear uno en el que pudiera desfogar mis frustraciones, esperanzas y demás.

Francamente no sé si alguien se tomará la molestia de leer las cosas que diga aquí, pero es una buena experiencia catártica tanto para mí, como para los lectores ávidos de historias divertidas o sórdidas. Como de acuerdo a algún sino trágico mi vida está signada por la Ley de Murphy, pues creo que podremos comenzar a relatar un material muy profundo y personal, sólo para quienes tienen un agudo y oscuro sentido del humor. Y aquí, aprovecho para hacer una advertencia: SI USTED SE CONSIDERA UNA PERSONA SENSIBLE Y ODIA LAS PALABROTAS, BIEN PUEDE CERRAR ESTA VENTANA!! No pretendo reprimir mi vocabulario en sentido alguno y si las historias vienen con escenas de sexo y violencia, serán relatadas en su totalidad y sin censura jajaja.

Creo que iniciaré el relato de mis aventuras (o chocoaventuras, como las llama Hyro) con una breve descripción de mi vida en este momento:

Me encuentro sentada en el filo de un acantilado, con un cigarrillo como único compañero estable jajaja. Tengo 25 años, 10 meses y 8 días en este mundo (sin contar la gestación), un empleo que no es un empleo, sino un karma y el estigma de una profesión que nadie sabe definir.

Lo del acantilado es un recurso literario, porque mi vida se encuentra en punto de quiebre. Atrás, la estabilidad que siempre busqué (no con mucho éxito, en realidad) y, Adelante, un sinnúmero de posibilidades (tortuosas, la mayoría) que me han producido vértigo, cansancio y la sensación de estar dejando atrás una mentira que me dije hace mucho tiempo sobre la belleza del mundo.

He sido muchas personas en este mundo: de pequeña, niña mimada y cerebrito, un poco más grande fui adolescente geek rechazada por muchos pero muy apreciada por quienes aún me acompañan en múltiples aquelarres. Luego llegó uno de estos “puntos de quiebre” y me convertí en lo que siempre temí: una porrista popular llena de novios. Gracias a Dios y a Marx conocí de nuevo la “senda de la luz” y entré a trabajar con algunos miembros de la Juventud Comunista (un grupo no muy recomendable en esa época, pero bueno) y llené mis oidos de cuentos, poesía y otro tipo de literatura para suspirar, al mismo tiempo que llenaba mi boca de discursos aquí y allá, y muuuucho vodka jejeje.

Pero, como cosa rara, mi vida giró y entré a una universidad que me enseñó que el valor del dinero es algo bien relativo. Al principio, odié a todo el mundo porque pertenecían a la clase privilegiada de este país, pero finalmente se convirtieron en mi campo de experimentación. Aprendí muchos de los comportamientos que hasta hoy practico, me llené la cabeza con todo tipo de filosofías, encontré compañeros de viaje invaluables que, si bien no hacen aquelarres conmigo, me invitan a soñar con nuevos escenarios cada vez que se da un encuentro. Nunca llegaré a aburrirme de ellos, porque son mi esperanza de volar, literal o figuradamente. Jamás he llegado a tener una conversación tan interesante como aquellas que teníamos hace algunos años en la Cocina de David (o en su terraza) con vino, baguette y jamoncito ahhh y cigarros, muchos cigarros.

Sin embargo, estos compañeros no fueron los únicos. Durante esa época viví la muerte desde distintos puntos de vista. Primero la vi desde sus consecuencias y luego desde sus causas. Desde sus consecuencias, aprendí que el dolor puede llevarme a la dureza extrema y desde sus causas aprendí la sensación que precede a la muerte. Ahora creo que estoy preparada para verla a los ojos, y por eso algunos me dicen que soy su esposa jajaja.

Y bien, con eso no quiero que se entienda que tengo intenciones de bajarme de este mundo, porque francamente es todo lo contrario. La inmortalidad para mí es mucho más fascinante que la idea de morir. De allí que experimente un gusto muy personal por los vampiros y otros seres que tienen la posibilidad de medir su vida en centurias o milenios.

La magia también es otro de mis motores y ello se remonta a tres generaciones atrás. Mi familia tiene en su haber una magnífica serie de historias macabras de aparecidos, hechizos, brujas, duendes y cuanta leyenda se puedan imaginar. De allí que experimente una atracción impulsiva por estos temas, de los cuales sé mucho pero practico poco, porque la experiencia me ha enseñado que hay que tener mucho respeto por cosas que parecen traídas de los cabellos hasta que te las encuentras de frente y sólo te queda decir: MIERDAAA.

Por eso, me voy por lo seguro y leo mucho del tema. Tanto lo comercial, como estudios serios al respecto. Asimismo me pasa con la historia, que me encanta al punto del fanatismo… la historia de cual lugar?? Entre más recóndita la era y el lugar, mejor. A los 16 años, cuanto tuve que elegir carrera, la paleontología, la historia y la Ingeniería Espacial estaban en el ramillete. Que por qué me decidí por el gobierno? Por “una serie de eventos desafortunados” como todo en mi vida.

Creo que esto fue una buena introducción de momento. Aún hacen falta muchos retazos de esta colcha, pero con el tiempo y la inspiración todo puede arreglarse.

Un último dato… carpe diem, es mi consigna, porque me he dado cuenta que si no vivo el presente tal y como viene, la vida se llena de arrepentimientos.


JO