jueves, 6 de diciembre de 2007

DE LA AMISTAD Y LAS BATALLAS
(Modo: Pallas Atenea con la lanza afilada)

He aprendido a perderle el respeto a muchas cosas en la vida: a la diferencia de edades, a las autoridades que no se han ganado mi respeto, a la gente que miente socarronamente, a las personas que se consideran superiores para ocultar su inferioridad y aquellas que falsamente dan la idea de desprotección para luego pisotear a quien les dio la mano.

Sólo aún mantengo respeto por dos cosas: la amistad y las personas que sufren.

En el primer caso, existen a mi parecer varios tipos de amistad, pero todos parten de un tronco común para empezar. Una amistad es una profunda variación del ser que divide su ego para compartir momentos de apoyo y un cariño entrañable con personas afines a ciertas partes de su ser. Una amistad se construye con estos momentos o contactos, pero no necesariamente deben ser continuados en el tiempo, mientras el cariño y la preocupación mutua continúe latente.

De alli se derivan las amistades que vez una vez cada década, pero permanecen, las amistades que ves todos los días, aquellos con los que compartes todo pero por cuestiones logísticas no has visto pero escuchas o lees muy frecuentemente, amigos que parecen hermanos, amigos que sólo aparecen cuando estás mal.

Hay muchos tipos, pero no deben confundirse con "tenemos un buen momento juntos en la memoria, pero sinceramente lo que te pase en esta vida me es irrelevante". La relevancia de la vida del otro en nuestra historia es fundamental para una amistad. Yo tengo un gran amigo que tiene gripa al otro lado del mundo y luego de un año sin verlo y aún me preocupa, así como hay gente que veo todos los días y si pierde el empleo sólo le daré palmaditas en la espalda y ya, o personas que viven a dos cuadras de mi casa y no se me ocurre llamar jamás, así la hayamos pasado bomba alguna vez.

Tu por un amigo eres capaz de derrotar al oponente más fuerte, porque le hizo daño; atravesar la ciudad sólo porque se siente triste y llorar o reír con ellos así no estés del todo de acuerdo. Los amigos están ahí presentes cuando aquella persona que creiste que era el centro de tu vida desapareció forzosa o voluntariamente.... siempre son los amigos. Nadie más.

Que si uno puede ser amigo del amor de su vida? es posible. De hecho considero fundamental afianzar tal vez más la amistad que el amor en una relación de pareja, pero el egoismo que implica la monogamia hace que la amistad esté sujeta a condicionamientos que van más allá de lo que le pides a un amigo. Sin embargo, dicen que el amor verdadero hasta eso lo quebranta... ve tu a saber.

En relaciones de poder desiguales también es posible engendrar una amistad, siempre y cuando se disuelva la posibilidad de ejercer el poder de uno sobre el otro, tanto en el trabajo, como en la familia. De hecho puedo decir que dos de mis jefes actualmente los considero mis amigos, porque cuando pudieron ejercer su poder en mi contra lo usaron para salvarme el pellejo.

Y bueno, a qué va todo esto de la amistad? A explicarle a una persona en especial un asunto básico: mis amigos son contados. Yo tengo muchos conocidos, compañeros de viaje que por momentos estuvieron, pero que no me importa -ni a ellos- si están o no verdaderamente. Actualmente a quienes considero mis amigos les he notificado tal situación, para que no haya este tipo de malentendidos y si a vos no te dije nada.... creo que no se necesita explicarlo, verdad?

Ojo, que esto no quiere decir que no aprecie a otro montón de gente, o que otro tanto podrían ser mis amigos con el tiempo; pero hay que saber diferenciar, porque con mis amigos entrego el corazón con mucho esmero y eso no se hace con todo el mundo.

Espero que esta aclaración pueda ser tomada como evidencia en la Corte Marcial que planean montarme.


JO

No hay comentarios.: