domingo, 24 de agosto de 2008


MIS RAZONES SOBRE TI
Imaginen que un buen día Dios les sonríe, ahora imaginen que ese día justo ustedes tenían esa blusa blanca que se ve bien, con jeans y una chaqueta negra que combina perfectamente. Nuevamente, imaginen que aparece una persona que al hablar tiene el increible don de calmar.
Sigue la historia.
La persona-criatura-dios-humano-heroe que aparece tiene los ojos llenos de paz de muchas tormentas, sonríe y es como si sonrieran todas las razas, abre sus brazos y sólo produce una inmensa necesidad de abrazarlo y huele a lapiz recien tajado y a muchas cosas exquisitas.
En el momento en que esta parte ha sido identificada, las manos sudan y el corazón está listo para conquistar o ser conquistado sin dar batalla, sino suavemente, como su piel blanca y alegre. Uno se va entregando poco a poco, con algunas piezas por ajustar, pero en definitiva vas en caida hacia un vuelo lunar.
Por un momento recuerden su primer amor: la intensidad, la incertidubre, la felicidad infinita y las mariposas que vuelan por doquier; ahora multiplíquenlo por 100 o por 1000, añadan conversaciones infinitas y momentos intensos, un pasado que ayuda a conocer para no caer en el error y un futuro brillante y tendrán aproximadamente e 5% de lo que significa para mí haber tenido la fortuna de ver que Dios me sonríe y me regala la opción de tener paz y de contar con alguien desde el fondo de mi corazon.
Ahora, ¿todavía me preguntan por qué lo elijo a él y digo que es mejor el último amor que el primero?
A tí mis bendiciones, mis alegrías y todas mis palabras,
mis descuidos y desconfianzas,
mis propósitos y sueños.
A tí mis suspiros de mayo y mis recuerdos de otros mayos,
mis zapatones rojos,
sólo para tí todos mis sonetos sin métrica, así hayan sido otrora para otros.
Tú les das sentido, pues todos fueron escalones que me llevaron a tí.
Busca en tu corazón un lugar para este candidato a ángel caído,
permite que de vez en cuando viva tus días y cuide tu soñar,
eres el principio y el intermedio del momento perfecto.
La ira que se transforma en momentos de reflexión.
Cada segundo es un intento por no regresar, por avanzar hacia tí.
Eres el nuevo escritor de la historia, el cazador del futuro.
Te lo entrego y tomaré tus pasos como una invitación a muchos días
en donde Dios me sonría para vestirme del modo en que haga que sigas siendo mío.
Te amo, Paul, Dios sabe que sí.
JO

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