martes, 23 de noviembre de 2010

Palabras menos...

Hay una Ley que se me escapa,
tuve las tablas de Moisés y las perdí
iba por el desierto y perdí el camino,
ahora sólo queda esperar.

Este es el mundo de los reveces sin sentido
y yo fui uno más de los caballeros de la esperanza.

Pero no. Tal vez en medio de la batalla decidí cambiar de bando,
al ver tan triste panorama: rostros llenos de sangre por las heridas
sonriendo al pensar en un mañana que no llega;
gentes soñando con milagros que no existen...
todos llegando al fin con la misma esperanza.

La esperanza es una perra maloliente que convence a todos
de que su pestilencia es olor a rosas,
y su fealdad es sólo una etapa
cuando en el fondo sabe que no es más que una quimera
que engaña para poder sobrevivir.

Entré al ejército de los sobrantes, los mediocres,
las lacras que saben que lo son.
Ya no necesito sonrisas mentirosas ni frases de aliento,
sólo la certeza de la tristeza y la decepción.

Esas dos palabras son las que realmente alimentan al Mundo,
las que lo llevan al fin en medio de las caras esperanzadas,
al menos ahora conozco la verdad y la acepto
así que puedo sentarme en la arena y esperar a que todo termine.


Jo


No hay comentarios.: