sábado, 3 de julio de 2010

Eclipse de Sol

El olor a madera crujiente queda en mi memoria,
mientras sueño imposibles muy posibles.
¿será esta la puerta que hace tiempo toqué?
¿aprenderé la lección?

Un ángel ha venido en mi rescate,
con dos propuestas:
la primera es romper mis esquemas,
la segunda, crecer hasta volar.

Quiero estar lista para lo que se aproxima
y tendré mi paraguas listo para las futuras tormentas.
De nada sirve que me digas que me envidias
sin decirlo, entre tus frases llenas de rencor.

Las he leído sin querer, una tarde,
luego de caminar y reir, de sentir y ser.
Han generado en mí un sabor como de hielo,
pues vienen desde caminos que ya desconozco.

No ruegues más, no te acerques a mi mundo,
deja que el ángel me cure y llene de gozo mi existencia,
queda sólo un dolor añejo
y cenizas de un fuego hermoso que matamos.

Despedirse no tiene caso
cuando ya se ha ido todo
ahora quedan las sonrisas, la paz, la ternura indomable,
las palabras sinceras, el corazón latiendo,
la adrenalina del futuro.

Mientras duermes tus pesadillas
recuerda lo que te sirva
que las cenizas pueden volar
o ser usadas como abono de nuevas tierras.

Sueño para tí un futuro sin mí,
lleno de dicha y sol,
pero no lo sueño mucho, debes hacerlo tu.
Yo voy tras el ángel y el olor a madera
en el confín de tu mundo,
en el lugar en el que sí soy yo.


Jo

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