jueves, 1 de julio de 2010

Un poco para Federico

Cerré los ojos en la madrugada gris
capturando pedacitos de mañana,
vienen los recuerdos de la muerte a mi ventana,
nueva y pura,
sin anunciarse.

La tierra ruge mientras todos duermen,
calmando su ira, dándome latigazos.
Abrí las puertas un lunes
creyendo que aún era viernes.

Hay un líquido familiar en mi camisa
caminando solo en medio de la mañana.
Despierto recordando que no quería más de mí,
mientras compraba una nueva indulgencia.

Caminarás en medio de la madrugada fría
sabiendo que mis ojos se cierran,
pensando en el humo, la madera que forjas,
las notas que no salen.
No recordarás las puertas ya cerradas.

Vuelvo al mundo de mil novecientos treinta y cinco
cada vez que cierro los ojos;
visitaré la tumba de mis deseos una vez más
mientras recuerdo tu eucalipto.

Eres uno más con mi sombra,
que desaparece cuando viajo ligera de equipaje
resguarda las puertas mientras caminas
yo cerraré los ojos para volver al mundo añejo
de las memorias alegres.

No esperes por mí, cuervo,
eres mi sombra
y yo huelo a eucalipto.
Recuérdame mientras mi corazón palpite
que yo viajaré entre tus memorias
y las haré mías... a pesar nuestro.


Jo

No hay comentarios.: