jueves, 24 de junio de 2010

Las partes del Espejo

Las visiones brillantes y difusas vienen a mí, como musas en la mitad de la noche.
Son esos pequeños picos de iluminación encontrados en un camino, de repente.
Las voces son muchas, pero la tuya la escucho más fuerte
por la costumbre.

Los trozos de este helado espejo son reflejos de mi ser,
caminos que van a la inocencia de las risas,
de la puerta abierta,
de esa nube que te contiene.

Hoy tengo frío,
una caricia perfecta en medio de la noche,
tiemblo pensando en los reflejos de esas voces
y las risas sencillas de los momentos cálidos.

Ahora las pálidas luces son testigos del frío
mientras vivo este paréntesis de alegría pura.
¿Cuál es el significado de una musa sin su producto?
¿Es la inspiración sólo una trampa para no dormir?

Doy dos pasos y vuelvo a sentarme,
es la sumatoria de todos los trocitos del espejo:
el frío, la luna, las voces, las risas, la musa.
El camino que se crea,
la inocencia que llega.

Puedo sonreir con todos los músculos de mi rostro
y las gafas en mi nariz se mueven bailando,
bailan viendo los paseos de mis dedos
que acarician tu voz inspiradora
antes de dormir.


J.G., no más.

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