jueves, 4 de octubre de 2007

MEDIO SOL



Me limito a recorrer tus trazados,
viento recurrente,
pidiendo que me traigas de vuelta la sonrisa.
Un día, a comienzos del otoño, un paladín me la robó.

Ahora sonrío a media asta,
pero la felicidad es doble
porque veo dentro de mis ojos a la mitad de mi sonrisa.

La mitad de mi sonrisa -mi medio sol-
tiene los ojos de quien ha visto muchos mundos,
las manos del esfuerzo y la ternura
y el aliento de todos los campos de yerbabuena
adornados con la voz del fagot.

Aunque regalada para siempre, mi media sonrisa me acompaña,
cuenta para mí historias,
recorre mi piel con sus noticias.
Mi media sonrisa es la culminación de la metamorfosis.

En un primer momento, el corazón sufrió de angustia al ver que la sonrisa estaba a medias,
caminó bajo el sol, consultó oráculos y navegó océanos buscando su paradero,
pero el corazón estaba equivocado
-tonto corazón-
pues buscó demasiado fuera y muy poco dentro.

Mi medio sol reía al ver al pobre corazón,
angustiado y taciturno,
porque no sabía que aquel medio sol robado por el paladín de otoño,
se había convertido en un puente,
entre el mundo del caos de su dueña
y la más increible historia, a punto de ser escrita,
por un guardián con voz de fagot
que vestido de valiente robó media sonrisa a una niña
en una noche de otoño.


JO

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